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  • Foto del escritorJavier

La calma antes de dar al REC

11 de marzo de 2021. Mahashivaratri. La noche más oscura del año.


Símbolo del vacío y del infinito potencial.


Desde ahí comienza el encuentro de Najaal en Casla con el propósito, nada menos, que de grabar en estudio nuestra música. Improvisada.


A nivel personal he de reconocer que para mí siempre ha sido un sueño. Desde que descubrí la pura improvisación con 19 años en un local de ensayo supe que ahí reside un enorme regalo para mí. Pero después fui también descubriendo que no siempre es tan bonito ni tan fluido. Que repetir lo mismo de ayer no tiene ninguna gracia, pero que no sé dónde más rascar… Y sobre todo que en cuanto hay dos personas escuchando… Todo cambia.

Por esto la primera banda de improvisación nunca salió del local de ensayo (pese a disfrutar enormemente dos años con tremenda perseverancia).

A la segunda fui invitado directamente en un escenario. Ya prometía un paso más. Dimos muchos conciertos y exploramos la improvisación desde nuevas perspectivas. Pero había también muchas ideas predefinidas que nos salvaban de ese gran vacío del que todos, por alguna extraña razón, inconscientemente huimos. ¡Pero si todo es vacío! Uy, me sale mi vena de físico truncado… Ya vuelvo.


Llegaron entonces Nabil y Alejandro a mi vida. Músicos a los que ya apreciaba enormemente y con los que, una noche de enero (también bastante larga) en el encantado pueblo de Bustarviejo, tuve la suerte de juntarme. Lo que comenzó siendo un encuentro de amigos se convirtió en un concierto en toda regla. Lo que empezaron siendo canciones e ideas propias se fue desdibujando en una música que simplemente no dejaba de emanar. Tuvimos la suerte de poder ver el enorme potencial que se nos presentaba.


Y nada menos que tres años después nos juntamos para, si los astros nos los permiten, grabar el que será nuestro primer disco.

El enclave: Maravillosa casa de pueblo en Casla, Segovia, toda en madera de sabina y piedra. Amplia y cálida pese a la fría cara norte, luminosa y con carácter. Disponemos de ella por 4 días para nosotros solos antes de que lleguen los técnicos. Árboles, río, viento fresco y comida caliente. Estamos en buen lugar.



Y entonces comienzan las sorpresas para quien esperara un reencuentro lleno de ganas, emoción, horas sin parar de tocar… Nos asombra un tremendo silencio.

Desayunando al frío sol de la mañana nos quedamos simplemente sentados, sin intercambiar palabra. Montamos los instrumentos y esbozamos algún acorde, pero el silencio sigue reinando por dos largos días.

Por suerte la improvisación nos ha enseñado a respetar lo que venga, y el bagaje de facilitación abre sobre la mesa la posibilidad de expresión sincera e íntima. Así comienza un encuentro que, silenciosamente, nos remueve a todos.


Continúan las sorpresas y comienza la sincronía. Según va disminuyendo la influencia de mahashivaratri dos amigos músicos de la zona aceptan la invitación de venir una tarde a compartir. Lejos de los grandes escenarios, del movimiento cultural de las ciudades, incluso lejos de escuelas, Jesús y Luis tienen una enorme capacidad de escucha, una paleta de colores llena de sensibilidad y la capacidad de levantarnos de este largo sueño en el que llegamos. Ahora sí, la música fluye sin restricciones y podemos reconocernos mejor entre los tres. ¡Y conocernos entre los cinco!


Otro bonito regalo nos trae este periodo “pre”. Esta vez de la mano de nuestro pianista Nabil. A uno de nuestros ejercicios estrella, que llamamos “hacer un mantra” (una idea sencilla que repetir infinitamente) le añade el ingrediente que faltaba: el contraste. Primero leve, después más exagerado, primero individual, después grupal… De esta simple idea surge mucha inspiración, también incluso algún tema del disco y así una herramienta que, sin duda, nos acompañará aún muchos años.

Al contrario de lo que muchos puedan pensar, la improvisación requiere mucho trabajo. Y son sencillas semillas como ésta, que van directas a lo esencial, que tienen la capacidad de brotar sorprendentes composiciones espontáneas. Uy, me sale ahora mi faceta de profe… vuelvo.

La inhalación antes de soplar, el calentamiento antes de la carrera, la calma antes de la tormenta… Una buena preparación es fundamental para cosechar cualquier fruto. La nuestra fue inesperada, como no podía ser de otra manera. Ahora ya es lunes por la noche. Cenita rica y a descansar. Mañana comienza. Ya estamos. Al borde del trampolín.

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